Aunque los niños son increíblemente resilientes y pueden soportar diversas formas de abandono y maltrato, probablemente incluso más que los adultos, no son inmunes a la tortura física y mental ni a las duras condiciones de vida.
Los niños que viven con padres o cuidadores negligentes o que sufren acoso, pobreza y violencia pueden desarrollar diversos problemas de apego, incluido el trastorno reactivo del apego, o RAD por sus siglas en inglés, que será nuestro tema de análisis hoy.
Trataremos la importancia del apego, los tipos de RAD y cómo se manifiestan, sus causas y qué niños son propensos a desarrollarlo. Por último, discutiremos cómo tratarlo en caso de que crea que su hijo padece este trastorno.
En este artículo
Según los estudios de Bartholomew y Horowitz realizados en los años 90, el apego durante la primera infancia es la base sobre la que se construyen el resto de apegos y relaciones más adelante en la vida. Dicho esto, es obvio por qué estos vínculos tempranos son tan importantes y de qué manera el no desarrollarlos durante la infancia puede afectar a los niños para el resto de sus vidas.
Estas dos mentes brillantes también nos dieron la teoría de los estilos de apego, que sugiere que hay cuatro estilos de apego: ansioso, evitativo, temeroso y seguro. Estos estilos de apego afectan a la forma en que, como seres humanos, experimentamos el amor y las relaciones con los demás, y no solo durante nuestra infancia.
Más específicamente, los niños que no desarrollan un estilo de apego seguro probablemente tendrán problemas para mostrar afecto cuando sean adultos. Serán más propensos a tener problemas de confianza y dificultades para entablar relaciones con otras personas.
Por otro lado, desarrollar un estilo de apego seguro durante la infancia sienta una base sólida para que los niños exploren el mundo, establezcan vínculos con los demás, desarrollen excelentes habilidades sociales, entrenen su inteligencia emocional y fortalezcan su salud mental.
Ahora que conocemos la importancia del apego, podemos entender mejor qué es el trastorno reactivo del apego y qué puede causarlo. Si bien es poco frecuente, el RAD es un trastorno grave. Un niño con RAD no puede formar vínculos emocionales sanos con sus padres o cuidadores, y estos problemas de apego durante la infancia pueden llegar a afectarlo el resto de su vida.
Ahora que sabemos qué es el trastorno reactivo del apego (RAD), podemos ahondar en el tema y estudiar cómo se manifiesta. Además, podemos conocer mejor sus distintos tipos. ¿Cuáles son los dos tipos de trastorno reactivo del apego?
Los niños con RAD inhibido suelen ser muy retraídos y rara vez interactúan o hablan con sus cuidadores adultos. Estos niños casi nunca muestran emociones positivas, no responden bien al consuelo y difícilmente responden a los demás. También pueden ser muy irritables y mostrar signos de miedo y tristeza, incluso durante una interacción social típica.
Por otro lado, el RAD desinhibido implica una gran cantidad de conductas sociales no sistemáticas, en las que estos niños pueden tener todos los problemas del RAD inhibido, pero con una complicación adicional. Sus reacciones ante situaciones sociales son mucho más aleatorias e imposibles de anticipar o predecir.
Vale la pena señalar que, según el DSM 5, el trastorno reactivo del apego se considera un trastorno separado del tipo desinhibido. Desde la publicación del DSM 5 en 2013, el tipo desinhibido se conoce como un diagnóstico diferente: trastorno de relación social desinhibida (TRSD) y está separado por una razón.
Sus síntomas tardan mucho más en desaparecer que los del RAD una vez que los niños que lo padecen se encuentran en un entorno estable.
Aunque es un trastorno poco frecuente, el RAD es una afección grave que puede tener efectos a largo plazo en los niños, pero ¿cómo sabemos qué niños pueden desarrollarlo?
Las estadísticas muestran que alrededor de 1 de cada 10 niños que han sido víctimas de abuso extremo o sufrido abandono severo durante su primera infancia desarrollan síntomas de RAD. Sin embargo, aún se desconoce por qué ese 10% desarrolla RAD y el 90% restante, criado en condiciones similares o iguales, no.
Los niños pequeños sin padres y los que suelen ir de una familia de acogida a otra o viven en instituciones donde no reciben suficiente afecto o cuidados son más propensos a desarrollar RAD.
Aunque nadie puede decir por qué algunos niños desarrollan RAD mientras que otros que viven en las mismas condiciones no lo hacen, hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecerlo. Veamos algunos de ellos:
- Vivir en un orfanato, en condiciones de extrema pobreza o cambiar constantemente de cuidadores: como ya se ha mencionado, estos son algunos de los factores de riesgo más conocidos que pueden contribuir al desarrollo del trastorno reactivo del apego en los niños.
- Internamiento en instituciones u hospitalizaciones prolongadas: no tener cuidadores constantes y vivir en una institución y no en un hogar también puede ser un factor de riesgo para el desarrollo del RAD en los niños, ya que en estos lugares no se atiende a sus necesidades emocionales.
- Padres inexpertos, negligentes o maltratadores: los padres con enfermedades mentales, antecedentes de consumo de drogas o problemas de ira, e incluso los padres jóvenes o que no están preparados para tener hijos pueden ser un factor de riesgo extremo para que el niño desarrolle RAD.
- Adicción al celular: todos usamos mucho el celular, pero estudios recientes han demostrado una correlación entre la adicción al celular y la ansiedad por el apego. Esa ansiedad por el apego puede desembocar en un trastorno reactivo del apego.
Aunque los padres y cuidadores no pueden hacer nada contra la mayoría de estos riesgos, al menos pueden reducir las posibilidades de que se desarrolle un trastorno reactivo del apego controlando la adicción del niño al smartphone, lo que puede conseguirse con una aplicación de control parental como Wondershare FamiSafe.
Tanto si se trata de niños pequeños, preadolescentes o adolescentes mayores, FamiSafe puede ayudarte a limitar el tiempo que pasan tus hijos frente a la pantalla y prevenir la adicción a los smartphones, lo que a su vez puede prevenir la ansiedad por el apego y el desarrollo de RAD.
La aplicación también está repleta de funciones imprescindibles para ayudar a los padres a controlar el uso que hacen sus hijos del smartphone, como consultar el historial del navegador y de las aplicaciones, realizar búsquedas seguras, filtros web, herramientas de geolocalización, etc.
Aunque el trastorno reactivo del apego no se cura con medicación, sí se puede tratar. Hay muchas opciones de tratamiento que pueden ayudar al niño a convertirse en una persona estable y con buen comportamiento, y a adquirir la capacidad de establecer vínculos emocionales sanos tanto con sus padres como con otras personas a lo largo de su vida.
A continuación encontrarás algunas de estas opciones de tratamiento.
Los padres inexpertos también pueden ser negligentes y, como ya mencionamos, se trata de un factor de riesgo para el desarrollo del RAD. Por eso las clases y talleres de capacitación para padres de niños con RAD son los primeros pasos hacia un tratamiento adecuado de este trastorno.
Durante estas clases, los padres o cuidadores pueden aprender a establecer límites más firmes para el niño, a resolver mejor los conflictos y a reparar el vínculo entre ambos, así como a aprender sobre estructura, horarios y rutinas que el niño debe respetar.
Además, estas clases también pueden enseñar a los padres a convertirse en una especie de puerto seguro para sus hijos, lo cual es de vital importancia en el caso de los niños que padecen RAD.
Con el auge de internet, es fácil acceder a distintas guías y artículos sobre el trastorno reactivo del apego, y los padres solo tienen que hacer una breve búsqueda para encontrar más información sobre este trastorno, que puede ser muy valiosa para combatirlo y tratarlo.
Educar a los padres sobre el RAD puede ser de gran ayuda para los niños con este trastorno, ya que los padres sabrán cómo actuar con un niño así e implementar nuevas formas de comunicación e interacción, lo que puede mejorar significativamente el comportamiento del niño.
Además, puede ayudar al niño que padece RAD a establecer mejores vínculos y enseñarle a actuar de forma más adecuada tanto en situaciones sociales como con sus padres.
Otra opción de tratamiento para un niño con trastorno reactivo del apego es la psicoterapia. Un niño así necesitará apoyo psicológico, para que un especialista en salud mental pueda trabajar en la raíz del problema y corregir los problemas de conducta que causan el trastorno reactivo del apego.
La terapia psicológica puede ayudar al niño a mejorar sus habilidades emocionales y a desarrollar formas más saludables de interactuar con sus cuidadores. Esto se consigue trabajando tanto con el niño como con los padres o cuidadores y probablemente requerirá semanas o meses en los que los padres tendrán que ser pacientes y seguir trabajando en el problema.
Algunos de los factores de riesgo para el desarrollo del RAD son la hospitalización prolongada, la pobreza extrema y cambiar continuamente de hogar. Los niños que padecen estas condiciones, incluido el abandono grave y la posible necesidad de atención médica, o que viven en instituciones o entornos peligrosos, tienen más probabilidades de desarrollar un RAD.
Por lo tanto, la vivienda, la seguridad y las necesidades médicas del niño son algunos de los primeros aspectos que hay que abordar durante el tratamiento del RAD. Dado que estas condiciones pueden propiciar la aparición de este trastorno, deben resolverse adecuadamente durante el tratamiento, ya que, de lo contrario, podría fracasar.
Las necesidades físicas no son lo único que conduce al desarrollo del RAD, las necesidades emocionales también son extremadamente importantes. Por eso, un tratamiento adecuado del RAD requiere que se trabajen estas necesidades. Para ello también es necesario colocar al niño en un entorno positivo en el que pueda interactuar con sus iguales y jugar.
Por lo tanto, para que el tratamiento sea eficaz, el niño debe ser trasladado a un buen hogar donde también se satisfagan sus necesidades emocionales. De lo contrario, sin un entorno estimulante e interactivo, es probable que el tratamiento fracase.
También se ha dicho que los niños que pasan mucho tiempo en hogares de acogida o que pasan de una familia a otra tienen más probabilidades de desarrollar un RAD. Sin embargo, en lo que al tratamiento se refiere, es fundamental que los cuidadores del niño estén siempre presentes.
El tratamiento del RAD en niños requiere mucho tiempo, dedicación y paciencia, y los diversos tratamientos psicológicos también necesitan que tanto el niño como sus cuidadores estén presentes para resolver cualquier problema que surja.
Por eso, el tratamiento del RAD funciona mejor si el niño no está cambiando de familia y tiene cuidadores que estén presentes tanto física como mentalmente.
Estas son solo algunas de las opciones de tratamiento para los niños con RAD y, aunque existen otras más, todas requieren mucho tiempo y un trabajo constante para solucionar el problema. Tener paciencia con el niño y no abandonar el tratamiento son factores clave para ayudarlo a superar este trastorno.
El trastorno reactivo del apego es un trastorno poco frecuente pero grave que afecta a niños pequeños cuyas necesidades básicas no han sido satisfechas. Aunque los niños tienen una gran capacidad de recuperación, pueden verse afectados por padres y cuidadores inexpertos, negligentes o abusivos.
Además, las duras condiciones de vida, el acoso escolar y la falta de consuelo, afecto, apoyo y cariño también pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo del RAD. Sin embargo, estas causas también pueden eliminarse de la ecuación y, una vez que el niño recibe la atención que merece, el RAD puede tratarse.
También se sabe que existe una correlación entre la adicción al smartphone y los problemas de apego, en particular la ansiedad o el RAD, aunque esta causa es mucho más fácil de tratar con la ayuda de una aplicación de control parental como FamiSafe.
Esta aplicación te permitirá luchar contra esta forma de adicción limitando el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, controlando los sitios que visitan y desactivando las aplicaciones que puedan representar un riesgo, por lo que es perfecta para niños de todas las edades.