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Cómo la crianza consciente te beneficia a ti y a tu hijo

Omar Antonio M.
Omar Antonio M. Originalmente publicado Nov 13, 23, actualizado Sep 11, 24

mamá con su hijo en la playa

Ser padres es un trabajo duro. La mayoría de las personas no quieren ser esos padres que pierden rápidamente la calma, entran en peleas a gritos con sus hijos y acaban cada día más frustrados que el anterior.

Ser paciente, atento y comprensivo no es un problema cuando disfrutas de una tarde tranquila leyéndole cuentos a tu pequeño.

Sin embargo, cuando su hijo tiene su primera rabieta, la casa está hecha un desastre y usted duerme media hora, mantener la calma es mucho más complicado de lo que parece. Es en estos momentos cuando realmente necesitas la crianza consciente para sobrellevar el día.

La crianza consciente puede ayudarte a mantener la paz mental, contribuir al desarrollo de tu hijo y fortalecer la relación entre ambos.

Aprende a gestionar tus reacciones en situaciones estresantes y a responder adecuadamente con la crianza consciente.

En este artículo
  1. Los padres modernos están abrumados
  2. Mindfulness en la crianza de los hijos
  3. Cómo ayuda el mindfulness a padres e hijos
  4. Aspectos cruciales de la crianza consciente
    1. Escuchar a tu hijo aunque se equivoque
    2. Mantener la calma y responder sin ira
    3. Comprender sus sentimientos al discutir con él
  5. Cómo presentar la crianza consciente

Los padres modernos están abrumados

Mamá cansada usando la laptop mientras sus hijos juegan

Seguro que has oído alguna vez el dicho de que para criar a un niño hace falta todo un pueblo, y eso es tan cierto hoy como lo era hace siglos. Sin embargo, hoy en día, al centrarse la atención en las familias nucleares, la mayoría de los padres están abandonados a su suerte. Como resultado natural de ello, muchos se sienten abrumados.

Muchos factores internos y externos presionan a los padres modernos. Por ejemplo, hay grandes expectativas académicas que tanto usted como su hijo tienen que cumplir.

Muchos padres se ven obligados a planificar la carrera académica de sus hijos mucho antes incluso de haberlos apuntado a preescolar. Una vez que empieza el colegio, la mayoría de los padres intentan implicarse lo máximo posible, e incluso los que no tienen tiempo se ven obligados a hacerlo.

La gente lleva a los niños a actividades extraescolares, clases de refuerzo, actividades extraescolares, obras de teatro y partidos deportivos, al tiempo que mantiene su trabajo a tiempo completo y se ocupa de las tareas domésticas.

También hay presiones sociales: desde amigos íntimos y familiares hasta desconocidos en Internet te dicen que hagas las cosas de una manera u otra, y luego critican tus acciones hagas lo que hagas

Hablando de desconocidos en Internet, también existe la presión de introducir a los niños en la tecnología, ya que en el futuro dependerán en gran medida de ella, sin dejar de garantizar su seguridad en la red.

Con millones de cosas que hacer, poca ayuda de nadie fuera de las pequeñas unidades familiares y apenas 24 horas al día, no es de extrañar que los padres modernos estén excepcionalmente abrumados. No es de extrañar que a cada vez más padres les resulte difícil ser amables y comprensivos con sus hijos pequeños, especialmente en situaciones de mucho estrés.

Utilizar la atención plena en la crianza de los hijos

mamá e hija meditando

Con todo el estrés, las críticas y las altas expectativas a las que tienen que hacer frente los padres modernos, centrarse en la crianza consciente es la única manera de salir airosos de todo ello. Pero, ¿qué es exactamente la atención plena en la crianza de los hijos?

La atención plena en sí misma es la máxima conciencia de lo que te rodea, de tus emociones y de tu estado interior. Es el acto de estar plenamente presente y observar tus pensamientos, emociones e incluso hábitos sin juzgar ni reaccionar impulsivamente.

La atención plena en sí misma es la máxima conciencia de lo que te rodea, de tus emociones y de tu estado interior. Es el esfuerzo consciente por permanecer en el momento e implicarse. Es el esfuerzo por gestionar tus emociones, comportamientos y respuestas, ayudando así a tu hijo a hacer lo mismo. Al fin y al cabo, independientemente de lo que digas o intentes enseñar, tu hijo aprende mejor observando lo que haces.

Si tiendes a ser impaciente, a enfadarte constantemente y a juzgar, es probable que tu hijo sea igual. Imitará tus comportamientos y formará su mundo basándose en tus reacciones. Si intentas reflexionar sobre tus reacciones antes de estallar y haces todo lo posible por mantener los pies en la tierra y la mente abierta, tu hijo intentará hacer lo mismo, pero no esperes que lo haga a la perfección.

El objetivo de la crianza consciente es dejar de reaccionar emocionalmente a los comportamientos y acciones de tu hijo y empezar a reflexionar sobre tus respuestas, tomándote un momento para entender lo que está haciendo y por qué.

Por supuesto, debes recordar que la crianza consciente no consiste en ser permisivo y malcriar a tu hijo o intentar ser perfecto todo el tiempo. Ser padres es difícil. Te encontrarás con situaciones estresantes de un modo u otro, y a veces tus emociones te dominarán.

En lugar de tratar de ser todo arco iris y mariposas cada segundo del día, utiliza la crianza consciente para entender tus respuestas emocionales y de dónde vienen y para aprender cuándo darte un respiro.

Cómo ayuda la atención plena a padres e hijos

papá y su bebé chocan los puños

El mindfulness es tan beneficioso para los padres como para los hijos. Te ayuda a ti y a tu hijo a crear un entorno mucho más pacífico y productivo en el que ambos puedan prosperar. Los principales beneficios de los que puedes disfrutar son:

  • Mejor conciencia de tus pensamientos y sentimientos;
  • Mayor facilidad para regular las emociones;
  • Mejor comunicación con los hijos;
  • Mayor satisfacción vital;
  • Mayor implicación en la vida del niño;
  • Menor estrés y ansiedad;
  • Mejora con los problemas de comportamiento del niño;
  • Mejor desarrollo emocional;
  • Mejor desarrollo social

La crianza consciente puede empezar incluso antes de que nazca el niño. Las emociones negativas, el estrés elevado y la frustración durante el embarazo pueden hacer que el parto sea más arriesgado e incluso afectar al vínculo entre madres e hijos.

Sin embargo, según un estudio, las embarazadas que han realizado ejercicios de mindfulness han manifestado menos ansiedad y efectos negativos en el tercer trimestre y durante los tres meses posteriores al parto.

Por supuesto, si no empezaste con el mindful parenting durante el embarazo, no significa que no debas empezar ahora. Nunca es tarde para empezar a ser más consciente de tus emociones y de cómo respondes a ellas.

Aspectos cruciales de la crianza consciente

padres e hijo desayunando

La teoría de la atención plena es bastante fácil de entender: simplemente tienes que intentar estar presente en el momento y pensar en tus reacciones emocionales. ¿Qué significa eso en la práctica?

Hay tres aspectos fundamentales de la crianza consciente que tendrás que dominar si quieres disfrutar de sus beneficios: escuchar a tu hijo, mantener la calma y comprender tus sentimientos. Echa un vistazo.

1. Escuchar a tu hijo aunque se equivoque

Escuchar (¡no sólo oír!) a tu hijo es el primer y principal aspecto de la crianza consciente.

Es fácil enfadarse en el momento en que tu hijo incumple una norma, como usar una aplicación que no debe, por ejemplo. Lo más fácil es restringirle completamente el acceso al WiFi, borrar la aplicación y quitarle el teléfono.

Sin embargo, lo que deberías hacer es tomarte un momento para ver qué está haciendo tu hijo, entender por qué lo hace y permitirle que hable contigo sobre ello. Quizá esté jugando a un juego que le has prohibido, pero que utiliza para comunicarse con un amigo que vive lejos. Tal vez sea un juego que les permite relajarse o tengan otra razón.

Siempre puedes instalar una aplicación de control parental como FamiSafe para mantener a tu hijo seguro en Internet y filtrar los contenidos nocivos.  . Sin embargo, aun así deberías tomarte un momento para escuchar a tu hijo y entenderle perfectamente antes de imponerle normas que pueden parecerle disparatadas.

2. Mantener la calma y responder sin ira

La ira es una emoción completamente natural que no debes reprimir, pero eso no significa que debas desquitarte con tu hijo.

Los niños hacen cosas de niños, es parte del crecimiento. Se saltan las normas, ponen a prueba tus límites, te molestan a propósito, se saltan el toque de queda y muchas cosas más A veces son irrespetuosos, groseros y emocionales.

Si tu primera reacción es enfadarte, ¿qué crees que aprenderán? ¿A controlar sus emociones? ¿A comportarse mejor? No, aprenderán que dejar salir tu ira sin control y entrar en una fiesta de gritos es un comportamiento aparentemente aceptable.

En lugar de eso, intenta mantener la calma y responder sin ira y sin juzgar. Tómate un respiro y luego habla con tu hijo con calma. Puedes expresar pacíficamente que estás enfadado con él y explicarle los motivos sin dejarte llevar por las emociones.

Encontrar una resolución pacífica con tu hijo será mucho más fácil si respondes sin ira.

3. Comprender tus sentimientos cuando discutes con tu hijo

Por último, si quieres dominar de verdad el arte de la crianza consciente, tienes que aprender a comprender tus sentimientos en todas las situaciones: tanto si te sientes feliz como estresado, tanto si estás leyendo cuentos para dormir como si estás discutiendo con tu hijo.

¿Cuál es tu respuesta cuando tu hijo empieza a tener una rabieta en medio de un centro comercial? Muchos padres empiezan inmediatamente a sentirse avergonzados por todas las miradas que reciben de los desconocidos. Empiezan a sentirse avergonzados, ansiosos y enfadados, pero no se paran a pensar de dónde vienen estas emociones y cómo manejarlas.

Si eres como estos padres, lo más probable es que te preocupe lo que los demás piensen de ti.     Estás enfadado con tu hijo por portarse mal.

Acepta estas emociones, compréndalas e intenta entender por qué tu hijo se comporta así. Quizá esté sobreestimulado. Quizá esté cansado o tenga hambre. Sea cual sea el caso, tómate un momento para comprender tus sentimientos y los de tu hijo, serénate y afronta la situación con calma y sensibilidad.

Cómo introducir la crianza consciente

padres jugando con su hijo en el campo

No hay un camino verdadero hacia la crianza consciente. Requiere práctica, y lo más probable es que pases por muchas pruebas y errores antes de que lo consigas. Incluso cuando lo consigas, cometerás algún error de vez en cuando: así funciona la crianza de los hijos.

Para introducir la crianza consciente, tendrás que empezar por ti mismo. Aprender a meditar, por ejemplo, puede hacer maravillas para aprender a conocerte a ti mismo y tus emociones. Si no te gusta mucho meditar, prueba a llevar un diario o a hablar de tus sentimientos con personas de confianza.

Una vez que hayas aprendido a manejar tus emociones, tú y tu hijo podrán empezar a disfrutar de los beneficios de la crianza consciente.

Hay tres pasos fundamentales que debes recordar cuando la crianza consciente se vuelva difícil:

  • Detente - no reacciones inmediatamente ante situaciones negativas; detente y tómate un respiro;
  • Piensa - sin juicios ni ansiedades, reflexiona sobre la situación en cuestión;
  • Escucha - escucha tus emociones y las de tu hijo, e intenta comprenderlas.

Siempre que te sientas enfadado, estresado, abrumado o frustrado, para, piensa y escucha. Sólo después de realizar estos tres pasos debes responder a la situación con la mayor calma posible.

Conclusión

La crianza consciente no es un "truco" que hará tu vida más fácil de inmediato. No es una solución única ni un remedio fácil para todos los problemas: es un esfuerzo activo por gestionar las emociones y responder a las situaciones negativas lo mejor posible.

Necesitas tiempo, paciencia y comprensión para dominar el arte de la crianza consciente, y vale la pena cada segundo que inviertas en ello.

Omar Antonio M.
Omar Antonio M. Sep 11, 24
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