Autismo es un término que se utiliza tan a menudo y sin cuidado que puede causar pánico en algunos padres. Aunque siempre ha existido, parece que en la última década se ha producido una epidemia de casos de autismo en adolescentes pero ¿a qué se debe?
Para saber más sobre esta afección, el número de niños que la padecen, cómo se manifiesta y sus síntomas, y qué puedes hacer al respecto como padre, sigue leyendo, e intentaremos responder a todas tus preguntas.
En este artículo
Probablemente te estes preguntando cómo empieza el autismo en primer lugar, e incluso puede que estés pensando si tu hijo puede haber desarrollado autismo recientemente o durante su adolescencia.
La respuesta es "no", ya que el autismo no es algo que se desarrolle a lo largo de la vida, sino algo con lo que se nace. Sin embargo, puede pasar desapercibido durante largos periodos, sobre todo si el niño tiene autismo de alto funcionamiento.
Justifica señalar que cuanto antes se adviertan los signos de esta afección en los adolescentes, mejor y más rápido se podrá ayudar al niño, y por eso es vital buscar indicios específicos. Lo mejor sería buscar estas señales en niños de todas las edades, independientemente de si tiene un hijo de cinco o quince años.
Aunque pueda parecer que la palabra "autismo" se utiliza ahora con más frecuencia que hace unas décadas, no es algo que haya surgido recientemente. Los niños pequeños y los adolescentes siempre han luchado contra el autismo.
Sin embargo, sólo gracias a los últimos avances en herramientas de diagnóstico y a la creciente concienciación sobre el autismo podemos concluir si alguien lo padece. Algunas cifras recientes sugieren que alrededor del 3.26% de los adolescentes examinados padecían autismo, con un número mucho mayor de niños que de niñas.
Vale la pena señalar que el número analizado fue de unos 12.500, lo que puede no ser del todo indicativo de las estadísticas del mundo real. Aun así, es probable que la cifra sea mayor, ya que el autismo de alto funcionamiento en adolescentes suele pasar desapercibido.
Como hemos mencionado anteriormente, el autismo de alto funcionamiento en adolescentes suele pasar desapercibido. Sin embargo, hay signos particulares que los padres y profesores pueden buscar si sospechan que un niño puede tener autismo, aunque seguirá siendo necesario un diagnóstico profesional. Hemos dividido estos signos de autismo en cuatro categorías, que encontrarás a continuación.
Uno de los primeros signos de autismo en adolescentes puede observarse en su comportamiento: a menudo realizan tareas repetitivas o tienen comportamientos que pueden parecer inusuales a un espectador o incluso a sus padres.
Cuando son más pequeños, estos niños suelen jugar con sus juguetes de la misma manera todos los días o los colocan de una forma determinada. Si le ocurre algo a uno de sus juguetes o cambia el orden, por pequeño que sea el cambio, pueden agitarse y tener una rabieta.
Los adolescentes con autismo también siguen rutinas y se obsesionan con determinados objetos o intereses. Seguir el patrón les da tranquilidad; si se saltan una parte, pueden alterarse bastante por ello.
Los niños con autismo suelen tener dificultades para hablar o interactuar con los demás. Por eso, los entornos sociales, como el colegio, pueden ser todo un reto para ellos y a menudo les causan problemas y ansiedad. Puede que incluso les oigas decir que "no encajan".
Un adolescente con autismo puede tener problemas para hacer amigos en la escuela, prefiriendo comunicarse por Internet, ya que le resulta mucho más manejable. Son malos interpretando una conversación cara a cara y a menudo confunden las señales sociales.
Estos adolescentes también suelen evitar el contacto visual cuando hablan con alguien o incluso carecen de expresiones faciales durante una conversación, lo que puede provocar que otros niños se burlen de ellos.
Las dificultades sensoriales son otro signo fácilmente reconocible en los adolescentes con autismo. Estos niños suelen sentirse abrumados por las multitudes y los ruidos fuertes, y estas situaciones pueden provocarles una sobrecarga sensorial.
Muchos niños autistas también son hipersensibles a las luces brillantes o fluorescentes. A algunos les resultan insoportables los sabores picantes, las texturas diferentes o los olores fuertes, y pueden reaccionar ante ellos porque no pueden ignorarlos como hacen otras personas.
También son hipersensibles al tacto y pueden reaccionar con fuerza ante él, llegando incluso a la rabieta, que puede ser uno de los signos más evidentes del autismo. Sin embargo, por sí solo, no tiene por qué significar nada.
También existen otros signos, y la mayoría de las personas con autismo comparten estas características. Por ejemplo, la mayoría de los chicos tienen problemas con el lenguaje, el movimiento y las habilidades de aprendizaje, que parecen muy bajas para su edad.
También se producen cambios de humor inusuales, cambios aleatorios en los hábitos de alimentación o sueño, hiperactividad, impulsividad y un miedo que oscila entre muy bajo y muy alto.
También puedes observar que repiten constantemente la misma palabra o frase, que giran en círculos o que balancean el cuerpo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a veces simplemente pueden estar ansiosos o cantando una canción al azar.
Notar cualquiera de los signos mencionados no tiene por qué significar que su hijo tenga autismo. Por ejemplo, existen otros trastornos del comportamiento: que detectes un aspecto no significa que sea definitivo. Por eso también es crucial un diagnóstico adecuado.
Pasar de sospechar que su hijo podría tener autismo a estar seguro de ello o recibir un diagnóstico positivo puede parecer el fin del mundo. Sin embargo, los niños o adolescentes con autismo pueden seguir desenvolviéndose en la sociedad actual, y hay cosas que puedes hacer por tu hijo para que se sienta mejor.
Enterarse de que tu hijo es autista y darse cuenta de que no tiene cura puede ser aterrador y abrumador, al igual que una situación social puede ser abrumadora para un niño autista. Sin embargo, debes mantener el entusiasmo por el bien de tu hijo y cuidar de él.
Aunque puede que incluso oigas hablar de tratamientos contradictorios, debes crear un plan personalizado que sea el mejor tratamiento para tu hijo. Tu eres quien mejor conoce a tu hijo y quien mejor puede juzgar lo que funcionará.
Eso te permitirá elaborar un plan de tratamiento que se adapte a las necesidades de tu hijo, incluidos el aprovechamiento de sus intereses y la enseñanza a un ritmo que le convenga.
Aunque tratar con un niño autista puede ser increíblemente intenso y agotador y puede variar en función de en qué parte del espectro autista se encuentre, nunca debes rendirte. Piensa en las posibles mejoras y en las cosas que puedes hacer para ayudar, y no te centres en los aspectos negativos.
Recuerda que el autismo de alto funcionamiento en adolescentes suele pasar desapercibido, y eso significa que puedes enseñar a tu hijo a desenvolverse como las demás personas.
Además, cuidar de un hijo autista significa cuidar también de ti mismo, y tu bienestar, tanto físico como emocional, es vital en su tratamiento. Cuando te encuentres bien, estarás preparado para implicarte, colaborar con los equipos de atención profesional y ayudar a tu hijo de diversas maneras.
Que a tu hijo le hayan diagnosticado autismo no significa que sea el fin del mundo. No tiene por qué ser diferente de los demás niños, ya que puede seguir viviendo como los demás y hacer grandes cosas.
Aceptarlos tal como son es vital para ayudarlos. Afectará positivamente a tu trato y tu hijo podrá desarrollar diversas habilidades comunicativas y sociales.
Además, comprender quiénes son y qué necesitan significa que podrán mejorar sus habilidades motoras, controlar su comportamiento en situaciones de sobrecarga sensorial, alcanzar el éxito académico y llevar una vida más sana y productiva.
Como los niños con autismo suelen tener dificultades con las conversaciones cara a cara y los entornos sociales, las amistades en línea les resultan mucho más fáciles, ya que no tienen que fingir las expresiones faciales y pueden interpretar mejor lo que alguien dice.
Sin embargo, estas conversaciones y amistades online no les hacen ningún bien y deberían limitarse, mientras que las interacciones cara a cara deberían fomentarse mucho. Necesitarán practicar su comportamiento en entornos sociales para mejorar en el control de sus emociones, rabietas, ansiedad, etc.
Afortunadamente, hay muchas aplicaciones que puedes probar para limitar sus actividades en línea, y una de ellas es Wondershare FamiSafe, que está repleta de fantásticas funciones para niños de todas las edades.
Tanto si se trata de un niño pequeño al que hay que bloquear ciertas aplicaciones nocivas o establecer límites de tiempo en otras aplicaciones sociales, como de un adolescente para el que se necesitan filtros web y búsquedas seguras, o de alguien de casi 18 años, FamiSafe es la aplicación perfecta para ti.
Contiene filtros de contenido y seguridad web, y la aplicación puede buscar contenido inapropiado en línea y fuera de línea. Además, se pueden bloquear determinadas aplicaciones y fomentar otras de carácter educativo. La aplicación también permite a los padres controlar el tiempo de pantalla, las actividades y la ubicación de sus hijos.
Hay una razón por la que un plan de tratamiento personalizado funciona mejor para estos niños, y es que cada persona se encuentra en una parte diferente del espectro autista. Por eso tendrás que aprender a escuchar a tu hijo y a conocer mejor sus distintos desencadenantes.
Como ya se ha dicho, los niños autistas pueden mostrar diversos indicios sensoriales que suelen ser muy distintos en cada niño. Tendrás que identificar las causas de su comportamiento perturbador y aprender más sobre las cosas que le provocan estrés, malestar y ansiedad.
Busca signos no verbales y expresiones faciales para ello, y te permitirá prevenir diversos accidentes y respuestas negativas.
A los niños con autismo les encanta la coherencia y suelen funcionar mejor cuando hay horarios establecidos. Por eso, crear una rutina muy estructurada y ceñirse a ella puede hacer maravillas en el tratamiento del autismo.
Esto implica programar todo el día, incluidos el colegio y el recreo, y establecer horarios regulares para las comidas y el sueño. También incluye los paseos, los deportes y las citas terapéuticas
Cualquier cambio en el horario debe prepararse con antelación, ya que puede provocar respuestas adversas y rabietas. Además, las posibles interrupciones, como las visitas sociales improvisadas, deben reducirse al mínimo y anunciarse al niño para que pueda prepararse mentalmente.
Todos tenemos diferentes impulsos de decir cosas al azar, mover el cuerpo de una determinada manera o expresarnos de diversas formas. Sin embargo, los niños con autismo deben actuar según estos impulsos, y entender que es culpa de sus necesidades sensoriales es crucial en su tratamiento.
Los padres deben comprender estas necesidades, pero también pueden proporcionar a los niños con autismo un entorno seguro en el que puedan actuar según sus impulsos. Por ejemplo, invertir en una cama elástica puede ser una forma excelente de eliminar el impulso de saltar.
Aunque el término "autismo" ha estado flotando mucho por Internet en la última década, no mucha gente sabe que es algo con lo que se nace, y a menudo piensan erróneamente que sus hijos adolescentes podrían desarrollarlo de repente.
Si sospechas que tu hijo adolescente puede tener autismo, varios síntomas, que incluyen signos conductuales, sociales, sensoriales y de otro tipo, pueden servirte de indicadores hasta que obtengas un diagnóstico profesional para tu hijo.
Afortunadamente, también hay muchas cosas que los padres pueden hacer por los niños con autismo, como crear un plan de tratamiento personalizado, escuchar y comprender las necesidades de su hijo, establecer un horario y cumplirlo, y ser muy atentos.
También incluye limitar las actividades online de tu hijo, ya que no le hacen ningún bien, y puedes hacerlo con una app de control parental como Wondershare FamiSafe, que puede bloquear contenidos y apps dañinas y regular su tiempo online.