Los inventos que han traído grandes cambios a la sociedad están relacionados con la comunicación. La imprenta popularizó el acceso a la información y después la humanidad dio un gran salto intelectual y evolutivo.
Actualmente las nuevas tecnologías nos sumergen en una vorágine comunicativa donde la comunicación se convierte en algo potencialmente peligroso en manos de los adolescentes, con múltiples dispositivos las 24 horas del día con los que interactúan.
Estamos viviendo la Era de la Información, una revolución en la forma de comunicarnos está invadiendo de repente nuestras vidas y la de todos los miembros de la familia, es algo novedoso que ha surgido con rapidez, casi sin tiempo a reaccionar ante los nuevos comportamientos relacionados con los dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles, las tabletas o los ordenadores.
La tecnología ha ido a la velocidad de un reactor, mientras que la sociedad está reaccionando a ritmo de tortuga. Los nuevos dispositivos son cómodos, rápidos y fáciles de usar, por eso, sin darnos cuenta pueden volverse un arma de doble filo, sobre todo para los peques de la casa y los adolescentes.
Vamos a pintar un cuadro de lo que pasa actualmente, tenemos un aparato tremendamente atractivo y un adolescente con una mente muy curiosa y tiempo libre para consultar lo que quiera, en el momento que quiera. Es fácil imaginar lo que va a ocurrir, se conectará al aparato sin pensarlo el mayor tiempo posible. Por otra parte, tenemos a unos padres que no saben gestionar la nueva situación, entre otras cosas, porque hasta hace poco no existían estos aparatos y no eran conscientes de que su hijo o hija podía pasarse tantas horas mirando su teléfono móvil u ordenador.
Además del problema de la cantidad de tiempo que pasan conectados, existe otro paralelo que es el tipo de temas que consultan en las redes, como puede ser pornografía o violencia gratuita.
Ahora ya hay medios para poner límites a las nuevas tecnologías, como son las aplicaciones de control parental, estas funcionan como una simple aplicación desde la que los adultos pueden gestionar el uso de los dispositivos electrónicos de sus hijos.
La aplicación de control parental más fiable
Utiliza FamiSafe para mantener a los niños a salvo de los peligros de Internet.
Esta aplicación de control parental para iphone se puede descargar fácilmente desde la app store, mientras que la aplicación de control parental para Android se descarga desde la play store. Asimismo, se puede descargar en una tableta u ordenador desde la página web de famisafe.com
Lo que vas a leer en este artículo:
Parte 1: DIFERENCIAS ENTRE USO, ABUSO Y ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
A continuación, vamos a profundizar en los comportamientos que puede tener tu hijo o tu hija ante el uso de las nuevas tecnologías, para que puedas reconocer si está haciendo un buen uso de las mismas.
Como adultos debemos aprender a gestionar las actuaciones de los menores frente a ellas aprendiendo la diferencia entre lo que se considera un buen uso, abuso y adicción de las redes sociales e internet.
Para ello, nos referenciamos con una guía publicada conjuntamente por la Fundación Gaudium, la Obra Social de Caja Madrid y la Oficina del Defensor del Menor del Gobierno de España.
Parte 2: INDICIOS DE USO PROBLEMÁTICO
Hasta hace poco, la adicción se asociaba a las drogas o el juego. En cambio, recientes estudios han descubierto cómo la adicción tiene que ver con el circuito de recompensa o placer localizado en el cerebro, más que con el objeto de adicción. Este circuito libera neurotransmisores como la dopamina al realizar una actividad placentera, lo que nos lleva a repetirla. El problema viene cuando por exceso de repetición, el cerebro se defiende disminuyendo los receptores de dopamina, por lo que para conseguir la misma sensación de placer vamos necesitando cada vez más uso del objeto adictivo.
Así, detectar a tiempo si tu hijo o hija está pasando más tiempo del debido con la placentera actividad de navegar por internet o en las redes sociales va a prevenir problemas futuros de adicción.
Como cualquier elemento susceptible de generar adicción, navegar por internet, chatear, visitar las redes sociales o jugar videojuegos es parte de la vida de los adolescentes, no se concibe un desarrollo sano e integrado sin utilizar todas estas herramientas.
Una de las alertas de que comienza a ser un problema es cuando este uso comienza a interferir la vida cotidiana, empieza a afectar las tareas obligatorias, como el estudio o actividades extraescolares como el deporte.
Entonces, la vida del adolescente gira alrededor de la actividad con su dispositivo y encontrará cualquier excusa o mentira para evitar aquel compromiso que le está alejando de él, ya sea el ordenador, el móvil o el videojuego.
Las consecuencias negativas de este comportamiento no tardarán en aparecer, entonces, el estrés embargará al adolescente, que, para liberarse de él y encontrar algo placentero, recurrirá a su dispositivo electrónico preferido, lo que, de nuevo, generará consecuencias negativas o estrés y volverá a buscar alivio en su dispositivo. Esto le llevará a un círculo vicioso del que es mejor salir cuanto antes.
Parte 3: CONDUCTAS QUE PUEDEN SER SÍNTOMAS DE ADICCIÓN
La conducta típica de un comportamiento adictivo es aumentar la duración, intensidad y/o la frecuencia. Como cualquier dependencia, el umbral de placer va disminuyendo, por lo que cada vez se necesita hacer más de lo mismo para obtener la misma recompensa placentera que al principio.
El vocabulario es reflejo de lo que sentimos o albergamos en nuestro inconsciente. Así que, oímos hablar de “no estoy enganchado a ningún juego”, “puedo dejarlo cuando quiera”, “llevo tres días sin conectarme”, etc… Muchas de estas frases son autoengaños, en un intento de autoconvencerse de que no hay ningún problema.
Uno de los primeros síntomas de que puede haber indicios de adicción se dan cuando tu hijo o hija que siempre ha tenido buenas notas, comienza a traer suspensos o a tener problemas escolares. A esto, se puede añadir que comienzan a abandonarse otras actividades tanto lúdicas como sociales, para finalmente, llegar a un aislamiento donde su único compañero será el dispositivo electrónico. Por supuesto, negará la realidad de su adicción y encontrará siempre cualquier pretexto para conectarse.
Con el tiempo empezarán a aparecer cambios emocionales, conductuales y descuido de la higiene personal.
Parte 4: SÍNDROME DE ABSTINENCIA
Cuando estamos tratando un tema de adicciones, lo primero que se necesita es que el sujeto reconozca su adicción, pues si no es así, será imposible avanzar.
La adicción que experimenta el adolescente es generada por una conducta que le lleva a sentir determinada emoción de recompensa placentera, de manera que hay una doble actuación que se debe afrontar, la parte conductual y la parte emocional. Cuando se le impide continuar con ese comportamiento, puede saltar el síndrome de abstinencia en forma de estado de ánimo disfórico, insomnio, irritabilidad o inquietud psicomotriz.
Ya hemos mencionado que las adicciones son un proceso y cuanto antes se aborde el problema en cuestión, más fácil será solucionarlo. Ya hemos comentado que toda adicción comienza como algo placentero, pero que en un proceso de exceso de consumo, se convierte en una necesidad que si no se cubre, generará un gran malestar, de ahí que se vuelve adictivo aquello que comenzó siendo algo que era una sensación placentera esporádica y controlada.
Parte 5: PREVENCIÓN
Lo más recomendable para evitar las adicciones a las nuevas tecnologías (ANT) es intervenir en los primeros estadíos del uso de éstas. Por eso, activar algún tipo de control parental sobre los dispositivos electrónicos que usan tus hijos es una forma de prevenir posibles adicciones futuras.
Vamos a exponer a continuación tres tipos de prevención que pueden llevar a cabo los adultos, principalmente desde la familia, pues esta es la estructura social básica, en ella aprendemos los valores, lo que está bien y lo que está mal, forjamos nuestra personalidad y autoestima, adquirimos los hábitos sanos, las conductas adecuadas e integramos los comportamientos sociales.
Prevención primaria:
Se trata de actuar antes de que el problema aparezca, ahora que somos conscientes de que las nuevas tecnologías pueden crear adicción, es conveniente que los adultos a cargo de menores establezcan lo antes posible normas y tiempos de uso limitados con ayuda de una aplicación de control parental.
Prevención secundaria:
Es la intervención en las primeras etapas de un problema con las nuevas tecnologías. Si un menor o adolescente comienza a tener dificultades para controlar el uso de sus dispositivos electrónicos, es conveniente introducir actividades al aire libre, socializarse con personas cara a cara, tener conversaciones sobre los valores, la autoestima y la confianza en uno mismo.
Prevención terciaria:
En este estadío ya existe una adicción evidenciada, consiste en tratarla, incluso, si es necesario, con profesionales.
Wondershare FamiSafe
FamiSafe permite a los padres controlar el tiempo de pantalla, hacer un seguimiento de la ubicación en tiempo real y detectar contenidos inapropiados en los dispositivos de los niños.
Aquí tienes una guía paso a paso para que los padres puedan configurar y poner en marcha la aplicación en un abrir y cerrar de ojos:
Paso 1: Registrarse
Para poder utilizar las funciones de FamiSafe, primero tendrás que crear una cuenta de FamiSafe. Esto puede hacerse visitando su sitio web a través de cualquier navegador o descargando la aplicación dedicada desde Google Play (para dispositivos Android) o la App Store (para dispositivos iPhone).
Paso 2: Instalación
Para empezar, instala la cuenta FamiSafe tanto en el dispositivo de tu hijo como en el tuyo. La aplicación en el dispositivo del niño se utilizará para enviar actualizaciones a los padres, mientras que éstas se recibirán a través de la aplicación FamiSafe de los padres instalada anteriormente.
Paso 3: Administrar
Además de la aplicación FamiSafe, los padres dispondrán de un portal web específico en el que podrán administrar todas las actividades del dispositivo de destino y aplicar las restricciones o ajustes adecuados.
Ya tienes todo listo para controlar a tu hijo y mantenerlo protegido de las amenazas online en las redes sociales.
Omar Antonio M.
staff Editor